Los cristales denominados de control solar son aquellos que limitan el ingreso de calor solar radiante a los ambientes. Cuando la radiación solar incide sobre un vidrio, una parte de la misma es reflejada hacia el exterior, otra parte pasa directamente hacia el interior y la restante es absorbida por la masa del vidrio, de la cual las dos terceras partes son reirradiadas hacia el exterior y el tercio restante pasa hacia el interior.
El vidrio incoloro permite el pasaje de casi la totalidad de la radiación incidente, los vidrios coloreados absorben en su masa una buena parte del calor solar incidente y los revestimientos superficiales reflectivos disminuyen el paso del calor solar radiante.